10 de Diciembre de 2018
DOÑANA, PARAÍSO NATURAL

Nuestro Taller en Doñana nos ha dejado un ben sabor de boca, como era de esperar, por algo este Parque Nacional tiene una reconocida fama mundial.

Ya desde nuestro pirmer atardecer las luces naranjas nos deparaban bellas imágenes de la marisma inundada con miles de aves a nuestro alrededor. Garzas reales, Cigüeñas, Gaviotas, Ibis, Garcetas, Garcillas, Cormoranes, distintas y muchas otras especies.

A la mañana siguiente temprano, para aprovechar al máximo el tiempo, nos dirigimos a La Cañanada de Los Pájaros, donde pudimos hacer fotografías de muchas especies de aves que allí encontramos, especies tanto de distribución española, como de otros países, que permitieron centrarnos en composiciones, desenfoques y hacer fotografía de aves en vuelo. Tras un buen plato de arroz en Isla Mayor , hicimos una reocrrido por La Rocina y más tarde nos dirigimos a la playa de Matalascañas, para fotografiar el ocaso. Ver el sol como se escondía por el horizonte del mar, mientras nuestras cámaras no paraban de hacer disparos, fué todo un lujo. Todavía vencimos algunos al cansancio y nos dirigimos a hacer fotos de la ermita del Rocío iluminada y reflejada en la marisma.

Al día siguiente habíamos concertado un jornada completa con nuestros amigos de DOÑANA NATURE, y su director Antonio Lancho y su equipo de grandes profesionales, no solo no nos defraudaron, si no que nos sorprendieron a cada momento. Grandes conocedores y visitando en exclusiva el Coto del Rey, nos llevaron a captar las luces del amanecer entre la bruma; los colores y rayos de sol colándose entre el espeso bosque de pinos, los grandes rebaños de ciervos que se nos cruzaban, todo iba perfecto pero todavía mejoró cuando al torcer una curva en el camino, Antonio nos tenía reprado un servicio de catering para desayunar, con unos camareros profesionales y cafés, zumos, infusiones y comida típica marismeña como migas de pan. Seguimos buscando los rincones más fotogénicos del Coto del Rey, y otra vez parada de abituallamiento, ahora una comida en una de las antiguas casas de los guardas; damos fe que el guisado de ciervo estaba de escándalo, y aunque el solecito  y el buen yantar nos decía que echáramos una siesta, Antonio Lancho no nos dejó y nos llevó a hacer unas buenas fotos a las marismas al atardecer.

Nuestro último día comenzó haciendo fotos al amanecer sobre la aldea, y tranquilamente fuimos haciendo fotos hasta parar el la Dehesa de Abajo, paseito viendo la gran laguna, los nidos de cigüeña y de regreso a casa.

Los asistentes al taller han quedado muy contentos, han tomado buenas fotos y ya estamos preparando nuestro regreso para finales de mayo, ya avisaremos del programa y fechas concretas!